Lactancia materna sin embarazo: cómo y por qué es posible

La lactancia materna en ausencia de embarazo o de un niño no biológico ya se utilizaba en el siglo XIX. Esta práctica ha sobrevivido hasta el presente, pero el apoyo de los profesionales de la salud y de los familiares es esencial para promoverla.

Desde un punto de vista histórico, la práctica de la lactancia materna en ausencia de embarazo o de un niño no biológico era una práctica conocida ya en 1800, según se informa en la literatura médica. Entre los diversos autores que han informado sobre la difusión de esta práctica en las poblaciones de los países en desarrollo, quisiera mencionar al pediatra Antonio Scarpa, famoso por ser considerado el padre de la etnomedicina.

En 1935 Antonio Scarpa presentó en Trieste, durante un congreso nacional de nipiología (la ciencia que se ocupa de los lactantes), los resultados de una investigación sobre la secreción de la leche obtenida en algunas mujeres africanas independientemente del puerperio.

Se trataba de mujeres que ya llevaban años en la menopausia y, más raramente, de mujeres jóvenes que nunca habían tenido hijos, que amamantaban con éxito a los niños sin madre con la ayuda de dispositivos especiales, que no eran otra cosa que la succión del pecho y la toma de hierbas que se creía que eran galactogógicas.

En la actualidad, la lactancia inducida se conoce como el proceso por el cual el cuerpo de una mujer es estimulado a producir leche en ausencia de embarazo, y debe distinguirse de la relactancia, término que significa la recuperación de la lactancia no iniciada o interrumpida después del parto, incluso después de semanas, meses o años.

Los estudios científicos disponibles hoy en día sobre la práctica de la lactancia materna inducida siguen siendo limitados y, por este motivo, muchos trabajadores de la salud no son conscientes de esta posibilidad, y los padres adoptivos a menudo se ven privados de información importante sobre cómo alimentar y cuidar a su hijo.

La alimentación no sólo con leche

La importancia de la lactancia materna no sólo como fuente de alimentación y práctica de salud pública, sino también como medio de conectar con el propio hijo a través del consuelo, la tranquilidad y el vínculo que el acto de amamantar fomenta, debería ayudarnos a devolverlo a la condición de norma biológica, o más simplemente a la normalidad, en nuestra cultura occidental.

Dado que todavía no podemos reconsiderar la lactancia materna como la forma normal de alimentar a nuestros hijos, al contrario de lo que ocurrió hace unos cincuenta años, es útil que lo recuerden una vez más las asociaciones médicas de importancia internacional, como la Academia Americana de Pediatría y la Asociación Americana de Médicos de Familia, que en sus recomendaciones sobre la lactancia materna destacan la importancia de ofrecer una asistencia y un estímulo adecuados para inducir la producción de leche materna para el bebé adoptivo en caso de que las madres deseen amamantarlo.

Hay que decir que este proceso no siempre da lugar a una producción de leche suficiente para amamantar exclusivamente a un lactante, y en algunos casos será necesario complementar la leche materna con leche previamente extraída y almacenada o leche almacenada, si se dispone de ella, o con leche formulada.

Por esta razón, el aspecto relacional de la lactancia materna es particularmente importante cuando se trata de la lactancia inducida y debe ser atendido tanto o más que los aspectos técnicos relacionados con la cantidad de leche que puede obtener una madre adoptiva.

No hay que olvidar, sin embargo, que cualquier volumen de leche obtenido por una madre, y mientras pueda darla, será un regalo precioso para ella y para su bebé.

Cómo producir leche

¿Cómo consigue una mujer que nunca ha estado embarazada producir leche? Para comprender mejor este proceso, es necesario recordar brevemente lo que sucede en las condiciones fisiológicas. Sabemos que durante el embarazo el cuerpo de la madre se prepara para amamantar gracias a la influencia de ciertas hormonas, tanto es así que el calostro comienza a producirse ya en la decimosexta semana de gestación, pero es sólo después del parto y principalmente gracias a la frecuente estimulación del pecho a través de la succión del bebé, y ya no sólo por la influencia hormonal, que comenzará la producción abundante de leche.

La parte más importante de la lactancia materna inducida, y a menudo la única alternativa disponible para una madre, es la estimulación frecuente y regular a través de la succión del bebé, o a través de la extracción manual o un extractor de leche.

Las madres adoptivas rara vez saben con semanas o meses de antelación cuándo llegará el bebé, y en estos casos se les puede ofrecer la posibilidad de utilizar drogas como la píldora anticonceptiva para imitar la condición del embarazo, y posiblemente drogas y fitoterapia para aumentar la producción de leche, aunque su uso sigue siendo controvertido hoy en día.

La estimulación de los senos requiere compromiso y perseverancia, así como una gran motivación por parte de la madre, por lo que es muy importante que los profesionales de la salud ofrezcan la mejor asistencia en los aspectos técnicos de cómo aumentar la leche materna, pero sobre todo, nunca debe faltar el apoyo psicológico, que es igualmente importante para el inicio exitoso de la lactancia.

Entre las drogas más utilizadas y eficaces para aumentar la cantidad de leche producida hasta hace poco estaba la domperidona, pero su uso ha sido restringido recientemente por la Agencia Italiana de Drogas para reducir al mínimo los posibles riesgos cardíacos.

Por consiguiente, la recomendación actual es utilizar la domperidona sólo para tratar los trastornos de náuseas y vómitos en la dosis mínima efectiva y durante un período breve.

La importancia del apoyo

Todo el abanico de argumentos que pueden plantearse sobre este tema no son más que opiniones personales que, si bien merecen respeto, poco o nada ayudan a una madre adoptiva que desea amamantar a su bebé.

Lo más importante que hay que recordar como profesionales de la salud que se dedican a ayudar a las madres que desean amamantar es que debemos ser conscientes de que es posible amamantar a un bebé incluso en ausencia de embarazo, como enseñó el profesor Scarpa hace poco menos de un siglo, para poder ofrecer la mejor información disponible y la ayuda y el apoyo necesarios para acompañar a los padres que desean ofrecer a su bebé adoptivo nutrición, consuelo y tranquilidad a través de la lactancia. A este respecto, también hemos publicado la experiencia directa de una madre adoptiva (puedes leerla aquí).